Cuando hablamos de valles, vemos que existen muchos tipos de valles, desde los áridos valles de la muerte hasta los fértiles valles que han alimentado civilizaciones. Ahora también, en el ámbito energético, hablamos de los «valles de hidrógeno», un concepto que está ganando relevancia en la transición.
El concepto de valle de hidrógeno surgió como un término clave en el discurso sobre el desarrollo de nuestro sector, pero su definición a menudo resulta ser ambigua y sujeta a diversas interpretaciones. Esta falta de claridad se debe, en gran parte, a la naturaleza de lo que un valle puede representar, dependiendo de las prioridades y el contexto de quienes lo definen.
¿Qué es un Valle de Hidrógeno?
Si bien no existe una definición única, un valle de hidrógeno puede entenderse de diferentes maneras. Aquí ponemos solo algún ejemplo de ellas.
- Concentraciones de infraestructura: para algunos, un valle de hidrógeno es simplemente una región donde se concentran varias instalaciones relacionadas con el hidrógeno, tales como plantas de producción de hidrógeno, infraestructuras de almacenamiento, y estaciones de recarga para transporte. Este enfoque se centra en la creación de un «hub» donde se reúnen las infraestructuras necesarias para el uso del hidrógeno como vector energético.
- Ecosistemas integrados: para otros los valles de hidrógeno como ecosistemas mucho más complejos y holísticos. Estos ecosistemas no solo incluyen la infraestructura física, sino también la integración de todos los elementos de la cadena de valor del hidrógeno: desde la generación y almacenamiento hasta la distribución y el consumo. En este modelo, un valle de hidrógeno se convierte en una plataforma para la innovación, donde se desarrollan y prueban nuevas tecnologías y modelos de negocio que impulsan la transición energética.
- Zonas estratégicas de desarrollo: en otros casos, los valles de hidrógeno se conciben como zonas estratégicas de desarrollo económico y ambiental, donde se despliegan políticas públicas y se canalizan inversiones para estimular la economía local y reducir las emisiones de carbono. Aquí, el hidrógeno es visto no solo como un vector energético, sino como un motor para el crecimiento industrial y la regeneración económica.
Y es que, en una de esas charlas con café en la mano con colegas del sector, recientemente se oía cómo se criticaba la falta de una definición clara en España, mientras que, en Europa, desde hace tiempo, lo tienen bastante más claro. El concepto de valle podría quedar reducido simplemente a un proyecto grande con un único productor y consumidor. Si bien esto no es necesariamente negativo para el desarrollo del sector, podría distorsionar nuestra comprensión de lo que un valle de hidrógeno realmente debería ser. La idea original de crear ecosistemas integrados y colaborativos podría verse comprometida si los proyectos se enfocan más en la escala individual que en la creación de sinergias. Esta incertidumbre conceptual puede generar confusión y expectativas dispares entre los diferentes actores del sector.
Convocatoria Valles de hidrógeno
En España, el concepto de valles de hidrógeno ha vuelto a ganar relevancia tras el lanzamiento de la primera convocatoria del Programa de Incentivos para Proyectos de Producción y Consumo de Hidrógeno Renovable sobre la que nos centraremos en este artículo. Esta iniciativa, conocida como la convocatoria de «Valles de Hidrógeno», busca convertir este concepto en una realidad concreta, creando ecosistemas que integren la producción, distribución y consumo de hidrógeno.
Hasta la fecha, hemos visto varios programas de subvenciones importantes en el sector del hidrógeno. Desde el programa H2 Pioneros, por ejemplo, para apoyar proyectos piloto, limitado a un presupuesto de 15 millones de euros por proyecto o de manera similar, las convocatorias de Cadena de Valor, para fomentar la integración de la cadena de suministro del hidrógeno, también limitadas a 15 millones de euros.
El problema con estas iniciativas es que, con un límite de 15 millones de euros por proyecto, es muy difícil que estos proyectos sean verdaderamente rentables. La infraestructura necesaria para producir, almacenar y distribuir hidrógeno a una escala que haga sentido comercialmente suele requerir inversiones mucho mayores.
Más allá de las fronteras de España, en el contexto europeo, recientemente hemos sido testigos de iniciativas más interesantes como la del Banco Europeo del Hidrógeno. Este fondo de 800 millones ha apoyado grandes proyectos, como el de Catalina en España, que consiguió una asignación cercana a los 250 millones de euros. Aunque estas cantidades son significativas. Existe una percepción creciente de que incluso este precio podría quedarse corto a medida que evolucionen las necesidades y las expectativas del mercado.
Ilustración 1: Electrolizador Plug Power 5 MWe
Es en este contexto que la convocatoria de Valles de Hidrógeno en España se presenta como una oportunidad sin precedentes. Con un presupuesto total de 1.320 millones de euros, esta iniciativa no solo busca financiar proyectos individuales, sino que pretende crear verdaderos clústeres. Esta convocatoria, por su envergadura y ambición, no solo supera ampliamente las ayudas anteriores nacionales sino también europeas, con el potencial de posicionar a España en Europa.
Además, como veremos a continuación esta nueva convocatoria está diseñada para que la responsabilidad de obtener una puntuación alta recaiga en gran medida en el criterio económico del proyecto presentado.
La convocatoria
El objetivo principal de esta convocatoria es incentivar el despliegue del hidrógeno renovable a gran escala en España mediante la creación de valles o clústeres de hidrógeno. La iniciativa está dotada con un presupuesto total de 1.320 millones de euros, posicionándose como una de las mayores ayudas en este sector en Europa.
Características Principales de la Convocatoria
1. Objetivo y beneficiarios: la convocatoria busca fomentar proyectos que integren todas las etapas de la cadena de valor del hidrógeno renovable, desde su producción hasta su uso final, pasando por el almacenamiento y la distribución.
2. Actuaciones subvencionables: para ser elegibles, los proyectos deben tener una capacidad mínima de 100 MW de electrólisis. Además, se permite que los proyectos incluyan múltiples ubicaciones dentro del mismo valle de hidrógeno, siempre que no superen los 100 km de distancia entre sí y que cada ubicación tenga una capacidad mínima de 50 MW.
3. Criterios de selección: la selección de los proyectos se basará en varios criterios, con un peso predominante en lo económico (70 puntos), seguidos por criterios ambientales y socioeconómicos (20 puntos) y técnicos (10 puntos). Esto prioriza la eficiencia económica, asegurando que los fondos se destinen a los proyectos que ofrecen la mejor relación en términos de capacidad instalada por ayuda solicitada
4. Obligaciones de los beneficiarios: los proyectos seleccionados deberán cumplir la constitución de garantías (mínimo de 20 millones de euros), y la demostración de compromisos de compra del hidrógeno producido por al menos el 60% de la producción durante los primeros 10 años.
5. Plazo de ejecución: el plazo máximo de ejecución de los proyectos es de tres años desde la concesión de la ayuda. Lo bueno es que aun con penalizaciones se podría llegar a retrasar hasta otros 36 meses adicionales.
Una oportunidad de oro
La convocatoria de Valles de Hidrógeno es, sin duda, una de las más ambiciosas que hemos visto hasta la fecha, no solo por el tamaño de la ayuda disponible, sino también por la manera en que está estructurada. Con un presupuesto de 1.320 millones de euros y la exigencia de garantías, podría parecer que está diseñada para beneficiar solo a unas pocas grandes empresas que a todos nos vienen a la cabeza. Sin embargo, a pesar de estas percepciones iniciales, esta convocatoria no debe verse como una oportunidad exclusiva para unos pocos, sino más bien como una ventana de oportunidad para cualquier empresa dispuesta a asumir el reto. La razón principal es que una gran parte de la evaluación del proyecto está en manos de las propias empresas. Con el 70% de la puntuación basado en criterios económicos, las empresas tienen un control significativo sobre su éxito en la convocatoria, a eso hay que sumarle que varias grandes empresas ya tienen proyectos adjudicados con ayudas que no pueden superponerse. Este enfoque permite que las empresas que presenten proyectos económicamente viables y bien estructurados puedan competir de manera efectiva, independientemente de su tamaño.
En AtlantHy vemos esta convocatoria como una oportunidad extraordinaria. La magnitud de la ayuda disponible, junto con los plazos hacen que esta convocatoria no solo sea atractiva, sino también estratégica para cualquier empresa que desee posicionarse en España y Europa.
Te recomendamos escuchar el Episodio 72 de nuestro podcast: Financiación pública con Natalia Saiz y Laura Delgado (Deloitte) para saber más sobre estas convocatorias.
No olvides que desde AtlantHy somos una empresa muy exitosa en la presentación de ayudas para proyectos de combustibles renovables, teniendo un porcentaje de éxito superior al 80 %.
¡No dudes en contactarnos para hacer despegar tu proyecto de la mano de la convocatoria de Valles de H2!
Si te ha gustado este artículo, permanece atento para seguir aprendiendo en la segunda parte, donde analizaremos los resultados… ¡Síguenos en AtlantHy Academy!
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